Fecha/Hora
27 Oct
12:00 am
Categorías
Primera lectura: Jeremías 31,7-9
Salmo 125
Segunda lectura: Hebreos 5,1-6
Evangelio: Marcos 10,46-52
Llegaron a Jericó. Y cuando ya salía Jesús de la ciudad seguido de sus discípulos y de mucha gente, un mendigo ciego llamado Bartimeo, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino. Al oír que era Jesús de Nazaret, el ciego comenzó a gritar:
— ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!
Muchos le reprendían para que se callara, pero él gritaba más aún:
— ¡Hijo de David, ten compasión de mí!
Jesús se detuvo y dijo:
— Llamadle.
Llamaron al ciego y le dijeron:
— Ánimo, levántate. Te está llamando.
El ciego arrojó su capa, y dando un salto se acercó a Jesús, que le preguntó:
— ¿Qué quieres que haga por ti?
El ciego le contestó:
— Maestro, quiero recobrar la vista.
Jesús le dijo:
— Puedes irte. Por tu fe has sido sanado.
En aquel mismo instante el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús.