Fecha/Hora
04 May
Todo el día
Categorías
Primera lectura: Hebreos 5,27-32.40-41
Salmo 29
Segunda lectura: Apocalipsis 5,11-14
Evangelio: Juan 21,1-19
Después de esto, Jesús se apareció otra vez a sus discípulos, a orillas del lago de Tiberias. Sucedió de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, al que llamaban el Gemelo, Natanael, que era de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos de Jesús. Simón Pedro les dijo:
— Me voy a pescar.
Ellos contestaron:
— Nosotros también vamos contigo.
Fueron, pues, y subieron a una barca; pero aquella noche no pescaron nada. Cuando comenzaba a amanecer, Jesús se apareció en la orilla, pero los discípulos no sabían que fuera él. Jesús les preguntó:
— Muchachos, ¿no habéis pescado nada?
— Nada— le contestaron.
Jesús les dijo:
— Echad la red a la derecha de la barca y pescaréis.
Así lo hicieron, y luego no podían sacar la red por los muchos peces que habían cogido. Entonces aquel discípulo a quien Jesús quería mucho le dijo a Pedro:
— ¡Es el Señor!
Apenas oyó Simón Pedro que era el Señor, se vistió, porque estaba sin ropa, y se lanzó al agua. Los otros discípulos llegaron a la playa con la barca, arrastrando la red llena de peces, pues estaban a cien metros escasos de la orilla. Al bajar a tierra encontraron un fuego encendido, con un pez encima, y pan. Jesús les dijo:
— Traed algunos peces de los que acabáis de sacar.
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la playa la red llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo:
— Venid a comer.
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó en sus manos el pan y se lo dio; y lo mismo hizo con el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de haber resucitado.
Cuando ya habían comido, Jesús preguntó a Simón Pedro:
— Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?
Pedro le contestó:
— Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
Jesús le dijo:
— Apacienta mis corderos.
Volvió a preguntarle:
— Simón, hijo de Juan, ¿me amas?
Pedro le contestó:
— Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
Jesús le dijo:
— Apacienta mis ovejas.
Por tercera vez le preguntó:
— Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?
Pedro, entristecido porque Jesús le preguntaba por tercera vez si le quería, le contestó:
— Señor, tú lo sabes todo: tú sabes que te quiero.
Jesús le dijo:
— Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras más joven te vestías para ir a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te vestirá y te llevará a donde no quieras ir.
Al decir esto, Jesús estaba dando a entender de qué manera Pedro había de morir, y cómo iba a glorificar a Dios con su muerte. Después le dijo:
— ¡Sígueme!