Fecha/Hora
28 Feb
Todo el día
Categorías
Primera lectura: Jeremías 18,18-20
Salmo 30
Evangelio: Mateo 20,17-28
Yendo camino de Jerusalén llamó Jesús aparte a sus doce discípulos y les dijo:
— Como veis, ahora vamos a Jerusalén. Allí el Hijo del hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley; lo condenarán a muerte y lo entregarán a los extranjeros para que se burlen de él, le golpeen y lo crucifiquen; pero al tercer día resucitará.
La madre de los hijos de Zebedeo se acercó con ellos a Jesús, y se arrodilló para pedirle un favor. Jesús le preguntó:
— ¿Qué quieres?
Ella le dijo:
— Manda que estos dos hijos míos se sienten en tu reino uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.
Jesús contestó:
— No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa amarga que voy a beber yo?
Le dijeron:
— Podemos.
Jesús les respondió:
— Vosotros beberéis esa copa de amargura, pero el sentaros a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí darlo. Será para quienes mi Padre lo ha preparado.
Cuando los otros diez discípulos oyeron todo esto, se enojaron con los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo:
— Sabéis que, entre los paganos, los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos y los grandes descargan sobre ellos el peso de su autoridad. Pero entre vosotros no debe ser así. Al contrario, el que entre vosotros quiera ser grande, que sirva a los demás; y el que entre vosotros quiera ser el primero, que sea vuestro esclavo. Porque, del mismo modo, el Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos.