Fecha/Hora
03 Oct
Todo el día
Categorías
Primera lectura: Génesis 2,18-24
Salmo 127,1b-6
Segunda lectura: Hebreos 2,9-11
Evangelio: Marcos 10,2-16
Algunos fariseos se acercaron a Jesús, y para tenderle una trampa le preguntaron si al esposo le está permitido separarse de su esposa. Él les contestó:
— ¿Qué os mandó Moisés?
Dijeron:
— Moisés permitió despedir a la esposa entregándole un certificado de separación.
Entonces Jesús les dijo:
— Moisés os dio ese mandato por lo tercos que sois. Pero en el principio de la creación, Dios los creó hombre y mujer. Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos serán como una sola persona. Así que ya no son dos, sino uno solo. De modo que el hombre no debe separar lo que Dios ha unido.
Cuando ya estaban en casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre este asunto. Jesús les dijo:
— El que se separa de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; y si la mujer deja a su esposo y se casa con otro, también comete adulterio.
Llevaron unos niños a Jesús, para que los tocara; pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Jesús, viendo esto, se enojó y les dijo:
— Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. Os aseguro que el que no acepta el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Tomó en sus brazos a los niños y los bendijo poniendo las manos sobre ellos.