LLENARSE
Lo verdaderamente urgente es llenarse de luz, de serenidad, de caricias, de besos furtivos y también de besos reposados y de escucha.
Lo verdaderamente urgente es llenarse de luz, de serenidad, de caricias, de besos furtivos y también de besos reposados y de escucha.
La luz. ¡Qué constante en la vida de cada uno de nosotros!. Ya desde nuestros comienzos llamamos “dar a luz” a nacer, al encuentro con lo que va a ser nuestra existencia y nuestro tiempo aquí.
Sentir la urgencia del compromiso más allá de nuestras fronteras es tan atávico y tan profundamente humano como la huida y la evitación
Integrarse es hacerse parte de un algo que, a su vez, es todo en sí mismo y una parte del todo del que estás llamado a ser.
Equilibrarse es aceptarse y reconocerse. Quizá en la vorágine de las actividades, exigencias y retos diarios solo has podido sobrevivir. Ya es tiempo de mirarse y de admirarse.
Desconoces el trasfondo de la realidad que te rodea por todas partes, desde las cosas más grandes y los problemas sociales, políticos y económicos más generales, hasta los pequeños entresijos íntimos de las personas con las que rozas y respiras cada día.
Bautizarse suponía la determinación de tener una identidad que nace de su propia experiencia y de sus propias vivencias y de su propio sentir.
Alimentarse significa “suministrarse lo necesario para subsistir y crecer”. Desde que naciste supiste de manera implícita y casi inconsciente que necesitabas el alimento.
Agradecer es “sentir o mostrar gratitud”. Agradecerse es sentir que dentro de ti mismo está todo lo que necesitas para seguir creciendo, amando y disfrutando.
Aceptar es “recibir voluntariamente o sin oposición lo que se da”. Aceptarse es asumir que tú mismo eres lo que eres.