Dice el Catecismo que la Iglesia «es el pueblo que Dios reúne en el mundo entero» (n. 751).
Comenzamos con unos momentos de silencio, con una breve invocación al Espíritu Santo o entonando un estribillo, por ejemplo, Ilumíname, Señor con tu Espíritu, de Mariano de Blas.
LECTIO (Leo el texto)
Tras la Resurrección, el Espíritu Santo suscitó comunidades que encarnaban el mensaje de Jesucristo. El evangelista san Lucas muestra en los Hechos de los Apóstoles cuál era el ideal al que tendían estas comunidades cristianas.
Un miembro del grupo proclama Hch 2,42-47.
Después de unos momentos de silencio, leemos y comentamos juntos los siguientes párrafos. Nos pueden ayudar a comprender mejor el mensaje de fe del pasaje:
El pasaje que hemos leído muestra cuatro rasgos característicos de la comunidad de Jerusalén:
- Se mantenían firmes en las enseñanzas de los apóstoles, centradas en el kerigma de la muerte y Resurrección de Jesucristo. La catequesis permitía a los cristianos afianzar su fe; la enseñanza misionera, dar testimonio de ella.
- Estaban muy unidos y compartían sus bienes. Para Lucas, la comunión de vida no se quedaba solo en lo espiritual, sino que llegaba hasta la comunión de bienes materiales.
- Repartían el dinero según las necesidades de cada uno. La comunidad cristiana se hacía cargo también de los más necesitados.
- Se reunían en el templo y partían el pan en las casas. La celebración de la fe fue desde el principio una actividad de la primera comunidad cristiana. En su acción litúrgica destaca la fracción del pan, la Eucaristía.
MEDITATIO (Me dejo leer por el texto)
Sería erróneo considerar estos cuatro pilares como algo del pasado, ajeno a la realidad eclesial de hoy. Por eso, podemos preguntarnos:
- ¿Qué aspectos de la vida y del testimonio de las primeras comunidades siguen siendo actuales? ¿Con cuáles me siento más identificado? ¿Cuáles me cuestan, y nos cuestan, más poner en práctica?
ORATIO (Hablo con Dios a partir del texto)
Los primeros cristianos contaron con la fuerza del Espíritu para encarnar los ideales del Evangelio. Nosotros ahora, conscientes de nuestra debilidad, pedimos su ayuda.
ACTIO (Me comprometo desde el mensaje de fe del texto)
La Palabra de Dios es luz y fuerza para el camino. Por eso, tras el contacto con esa palabra poderosa, expresamos cómo podemos comprometernos.
- ¿Qué hacemos y qué podemos hacer nosotros, como grupo, para seguir el ejemplo de las primeras comunidades cristianas?
- Como grupo, ¿leemos juntos la Biblia para compartir nuestra fe y acompañarnos en nuestra experiencia de evangelizadores?
- Podemos terminar cantando El Espíritu del Señor, de Kairoi.