En nuestra sociedad están en desuso conceptos como servicio, esfuerzo, sacrificio, y mucho más si están en relación no con el propio provecho, sino orientados hacia los otros. La vida de Jesús tiene mucho que decirnos a los cristianos al respecto.
Preparémonos para escuchar la palabra de Dios invocando al Espíritu Santo con un estribillo como Espíritu santo, ven, ven.
LECTIO (Leo el texto)
Toda la vida de Jesús fue un continuo darse, entregarse por amor. En las palabras y los gestos de la Última Cena resume magistralmente lo que ha sido su vida y lo que seguirá siendo hasta su muerte.
Una persona del grupo proclama Lc 22,14-20.
Después de unos momentos de silencio, leemos y comentamos juntos los siguientes párrafos.
Nos pueden ayudar a comprender mejor el mensaje de fe del pasaje:
- Fijaos en el contexto en el que se celebra esta cena de despedida: la Pascua, fiesta en la que Israel recordaba la liberación de Egipto. La vida de Jesús, implicado siempre en liberar de toda esclavitud (del dolor, del pecado, del mal…), se inserta perfectamente en esta celebración.
- Releed las palabras con las que resume lo que ha sido su vida y cómo encara la muerte. Son palabras que hablan de donación total, de inauguración de una nueva y definitiva alianza entre Dios y la humanidad, de entrega voluntaria por amor.
- Observad el encargo: «Haced esto en memoria mía». Comentad entre vosotros el significado de estas palabras. MEDITATIO (Me dejo leer por el texto)
La vida partida y repartida de Jesús no puede dejarnos indiferentes. El amor hasta el extremo a nadie mantiene insensible, frío, inexpresivo, distante. - ¿Cómo me ayuda el ejemplo de Jesús a ponerme al servicio de los demás? ¿Le pido que me ayude a vencer las dificultades y resistencias que encuentro en partirme y repartirme para otros?
- ¿Tiene alguna relación la Eucaristía con mi vida de cada día? ¿Es mi vida una Eucaristía?
ORATIO (Hablo con Dios a partir del texto)
Dedicamos ahora unos momentos para dialogar en grupo con el Señor. Démosle gracias por su entrega por amor, pidámosle que fortalezca nuestra fragilidad…
Después de unos momentos de silencio expresamos en voz alta nuestra oración, intentando que nuestras palabras se inspiren en el texto evangélico de hoy.
ACTIO (Me comprometo desde el mensaje de fe del texto)
Jesús, partido y repartido por amor, pide que actualicemos su entrega en nuestra propia vida, que nos «desvivamos» por los demás siguiendo su ejemplo.
- ¿Qué pasos concretos podemos dar para realizar en nuestra vida el encargo de Jesús, «Haced esto en memoria mía»?
- ¿Me siento llamado a vivir de un modo diferente la Eucaristía? ¿Por dónde puedo empezar?
- Podemos concluir cantando Siempre es nuevo el amor, de E. V. Matéu