XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario

Fecha/Hora
13 Oct
Todo el día

Categorías


Primera lectura: Sabiduría 7,7-11 

Salmo 89 

Segunda lectura: Hebreos 4,12-13 

Evangelio: Marcos 10,17-30 

Cuando Jesús iba a seguir su viaje, llegó un hombre corriendo, se puso de rodillas delante de él y le preguntó: 

— Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? 

Jesús le contestó: 

— ¿Por qué me llamas bueno? Bueno solamente hay uno: Dios. Ya sabes los mandamientos: «No mates, no cometas adulterio, no robes, no mientas en perjuicio de nadie ni engañes, y honra a tu padre y a tu madre». 

El hombre le dijo: 

— Maestro, todo eso lo he cumplido desde joven. 

Jesús le miró con afecto y le contestó: 

— Una cosa te falta: ve, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riquezas en el cielo. Luego, ven y sígueme. 

El hombre se afligió al oir esto; se fue triste, porque era muy rico. 

Jesús entonces miró alrededor y dijo a sus discípulos: 

— ¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios! 

Estas palabras dejaron asombrados a los discípulos, pero Jesús volvió a decirles: 

— Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios. 

Al oírlo, se asombraron aún más, y se preguntaban unos a otros: 

— ¿Y quién podrá salvarse? 

Jesús los miró y les contestó: 

–Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él no hay nada imposible. 

Pedro comenzó a decirle: 

— Nosotros hemos dejado todo lo que teníamos y te hemos seguido. 

Jesús respondió: 

— Os aseguro que todo el que por mi causa y por causa del evangelio deje casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o tierras, recibirá ya en este mundo cien veces más en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, aunque con persecuciones; y en el mundo venidero recibirá la vida eterna.