Fecha/Hora
22 Ago
Todo el día
Categorías
Primera lectura: Ezequiel 36,23-28
Salmo 50
Evangelio: Mateo 22,1-14
Jesús se puso a hablarles otra vez por medio de parábolas. Les dijo:
«El reino de los cielos puede compararse a un rey que hizo un banquete para la boda de su hijo. Envió a sus criados a llamar a los invitados, pero estos no quisieron acudir. Volvió a enviar más criados, encargándoles: “Decid a los invitados que ya tengo preparado el banquete. He hecho matar mis novillos y reses cebadas, y todo está preparado: que vengan a la boda”. Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a sus tierras, otro a sus negocios y otros echaron mano a los criados del rey y los maltrataron hasta matarlos. Entonces el rey, lleno de ira, ordenó a sus soldados que mataran a aquellos asesinos y quemaran su pueblo. Luego dijo a sus criados: “Todo está preparado para la boda, pero aquellos invitados no merecían venir. Id, pues, por las calles principales, e invitad a la boda a cuantos encontréis”. Los criados salieron a las calles y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y así la sala del banquete se llenó de convidados.
Cuando el rey entró a ver a los convidados, se fijó en uno que no iba vestido para la boda. Le dijo: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí, si no vienes vestido para la boda?”. Pero el otro se quedó callado. Entonces el rey dijo a los que atendían las mesas: “Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a la oscuridad. Allí llorará y le rechinarán los dientes”. Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos».