Fecha/Hora
22 Jul
Todo el día
Categorías
Primera lectura: Cantar 3,1-4b
Salmo 62
Evangelio: Juan 20,1-2.11-18
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, y vio quitada la piedra que tapaba la entrada. Corrió entonces a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, aquel a quien Jesús quería mucho, y les dijo: — ¡Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto!
María se quedó fuera, junto al sepulcro, llorando. Y llorando como estaba, se
agachó a mirar dentro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde
había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y el otro a los pies. Los
ángeles le preguntaron:
— Mujer, ¿por qué lloras?
Ella les dijo:
— Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.
Apenas dicho esto, volvió la cara y vio allí a Jesús, aunque no sabía que
fuera él. Jesús le preguntó:
— Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que era el que cuidaba el huerto, le dijo:
— Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, para que yo vaya
a buscarlo.
Jesús entonces le dijo:
— ¡María!
Ella se volvió y le respondió en hebreo:
— ¡Rabuni! (que quiere decir «Maestro»).
Jesús le dijo:
— Suéltame, porque todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y di
a mis hermanos que voy a reunirme con el que es mi Padre y vuestro Padre,
mi Dios y vuestro Dios.
Entonces fue María Magdalena y contó a los discípulos que había visto al
Señor, y también lo que él le había dicho.