EL PECADO ORIGINAL (GN 3,1-6) (I)

CONTEXTO

¿Cuál es la intención del relato? Dar una explicación religiosa a la existencia del dolor y de la muerte. De Dios no puede venir, porque todo lo hizo bueno y bien. Entonces, ¿de dónde vienen?

¡Del hombre! CUANDO EL HOMBRE DEJA QUE EL MAL VENZA AL BIEN

LECTURA DEL RELATO

La serpiente era el más astuto de todos los animales que había hecho el Señor Dios (v. 1a).

Personaje imaginario, seductor, cuyo propósito es sembrar la desconfianza en Dios.

Pisar una serpiente simboliza la victoria sobre el mal.

Hoy también hay gente que quiere sembrar la desconfianza en Dios.

Fue y dijo a la mujer: «¿Así que Dios os ha dicho que no comáis de ninguno de los árboles del huerto?» (v. 1b).

La serpiente sabe que está equivocada, pero lo hace para hacer sentir a la mujer que sabe más que ella.

Se trata de una astucia propia de quien quiere que confíen en él.

La mujer respondió a la serpiente: «¡No! Podemos comer del fruto de los árboles del huerto; solo nos ha prohibido, bajo pena de muerte, comer o tocar el fruto del árbol que está en medio del huerto» (vv. 2-3).

La serpiente hace que la mujer le cuente la prohibición y piense que se trata de una orden absurda.

A veces, se quiere hacer pensar que las normas religiosas son “raras”, para luego desprestigiar a la religión.

Replicó la serpiente a la mujer: «¡No moriréis! Lo que pasa es que Dios sabe que en el momento en que comáis se abrirán vuestros ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal» (vv. 4-5).

La serpiente tienta a la mujer con la ambición de ser como dioses.

Conocer el bien y el mal da a entender algo que es propio de Dios.

Querer conocer el bien y el mal es pretender ser como Dios, conocer sus secretos, hacerse dueño absoluto de todo.

La mujer se dio cuenta entonces de que el árbol era bueno para comer, hermoso de ver y deseable para adquirir sabiduría. Así que tomó de su fruto y comió. Se lo dio también a su marido, que estaba junto a ella, y él también comió (v. 6).

La mujer cae en la red que le ha puesto la serpiente, pero podría no haber caído: es libre.

El hombre también come. Es responsable de la caída porque “estaba junto a ella”, había oído la tentación y no la impidió.

¿Cuál fue el pecado? Querer ser como Dios (ambición).