Fecha/Hora
14 Ene
Todo el día
Categorías
Primera lectura: 1Samuel 8,4-7.10-22a
Salmo 88,16-19
Evangelio: Marcos 2,1-12
Algunos días después volvió Jesús a entrar en Cafarnaún. Al saber que estaba en casa, se juntaron tantos que ni siquiera cabían frente a la puerta, y él les anunciaba el mensaje. Entonces, entre cuatro, le llevaron un paralítico. Pero como había mucha gente y no podían llegar hasta Jesús, quitaron parte del techo encima de donde él estaba, y por la abertura bajaron en una camilla al enfermo. Cuando Jesús vio la fe que tenían, dijo al enfermo:
— Hijo mío, tus pecados quedan perdonados.
Algunos maestros de la ley que estaban allí sentados pensaron: «¿Cómo se atreve este a hablar así? Sus palabras son una ofensa contra Dios. Nadie puede perdonar pecados, sino solamente Dios». Pero Jesús se dio cuenta enseguida de lo que estaban pensando y les preguntó:
— ¿Por qué pensáis así? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: «Tus pecados quedan perdonados» o decirle: «Levántate, toma tu camilla y anda»? Pues voy a demostraros que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados.
Entonces dijo al paralítico:
— A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
El enfermo se levantó en el acto, y tomando su camilla salió de allí a la vista de todos. Así que todos se admiraron y alabaron a Dios diciendo:
— Nunca habíamos visto nada semejante.