Esta fue, según nos relata el capítulo 9 del evangelio de Lucas, una de las primeras consignas que Jesús dio a sus discípulos en su envío misionero.
¿No es curioso, entonces, que nosotros dediquemos aquí una sección a compartir lecturas y recursos para nuestra labor evangelizadora?
Todos los que nos dedicamos a la pastoral educativa somos conscientes de que los elementos fundamentales en la evangelización son el contacto personal y el testimonio. Ojalá haya sitio en este espacio para poner en común esas referencias personales que tanto nos han transmitido sobre la fe, el compromiso, la alegría, la oración, el servicio desinteresado…
Nuestra intención es convertir esta «biblioteca de pastoral» en un espacio compartido; que, como los discípulos a la vuelta de sus andanzas misioneras, nos sentemos a la mesa, junto a Jesús, y pongamos en común lo que hicimos juntos: lo que más llamó la atención a la gente, las críticas que nos hicieron, las alegrías que nos traemos, lo que pensamos mientras íbamos de camino, las imágenes que utilizamos, las palabras que dijimos, lo que se removió en nuestro interior, nuestras debilidades y grandezas… Y, como ellos, nos demos cuenta de que lo verdaderamente importante no son las técnicas, ni los recursos sino la persona que nos envía y la que nos recibe. Jesús en el centro y el otro como destino.
Por eso queremos que este espacio sea un lugar comunitario donde se asomen distintas personas de ámbitos diversos para compartir sus experiencias, lo que leyeron y les ayudó, lo que escucharon y resultó sugerente, lo que dijeron que alentó esperanzas. No se trata de acumular cosas para el camino sino de tomar conciencia, junto a otros, de lo que verdaderamente importa para llevar adelante la pastoral escolar que nos ocupa
Ojalá esta biblioteca se convierta en ese «lugar tranquilo» donde dejar reposar el trajín pastoral y el ámbito donde se carguen de profundidad las urgencias y premuras de nuestro día a día. Un espacio para convertirnos en compañeros, en aquellos que comparten su pan , su cotidianidad, lo que les alimenta. Un ámbito para seguir tejiendo redes que nos lancen al camino.
¡Bienvenido! ¡Bienvenida!
(A.F.S.)
