Fecha/Hora
26 May
Todo el día
Categorías
Primera lectura: Eclesiástico 36,1.4-5a.10-17
Salmo 78,8-9.11-13
Evangelio: Marcos 10,32-45
Se dirigían a Jerusalén y Jesús caminaba delante de los discípulos. Ellos estaban asombrados, y los que iban detrás tenían miedo. Jesús, llamando de nuevo aparte a los doce discípulos, comenzó a hablarles de lo que había de sucederle:
— Como veis, ahora vamos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley, que lo condenarán a muerte y lo entregarán a los extranjeros. Se burlarán de él, le escupirán, le golpearán y lo matarán; pero tres días después resucitará.
Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron:
— Maestro, queremos que nos hagas el favor que vamos a pedirte.
Él les preguntó:
— ¿Qué queréis que haga por vosotros?
Le dijeron:
— Concédenos que en tu reino glorioso nos sentemos el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.
Jesús les contestó:
— No sabéis lo que pedís. ¿Acaso podéis beber esa copa amarga que voy a beber yo, y recibir el bautismo que yo voy a recibir?
Ellos contestaron:
— Podemos.
Jesús les dijo:
— Vosotros beberéis esa copa amarga y recibiréis el bautismo que yo voy a recibir, pero el que os sentéis a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí darlo. Les será dado a aquellos para quienes está preparado.
Cuando los otros diez discípulos oyeron todo esto, se enojaron con Santiago y Juan. Pero Jesús los llamó y les dijo:
— Sabéis que entre los paganos hay jefes que creen tener el derecho de gobernar con tiranía a sus súbditos, y sobre estos descargan los grandes el peso de su autoridad. Pero entre vosotros no debe ser así. Al contrario, el que quiera ser grande entre vosotros, que sirva a los demás; y el que entre vosotros quiera ser el primero, que sea esclavo de todos. Porque tampoco el Hijo del hombre ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos.