DESCUBRIR LA VIDA
Caminamos contemplando rostros muchas veces prisioneros de tristeza, con expresiones de preocupación y enfado; semblantes de ausencia. Vivimos aquí pero nuestra mente vuela hacia lugares de angustias, miedos o preocupaciones… El ajetreo cotidiano nos distancia y nos pierde en la propia Vida. ¿Cómo encontrar entonces la sencillez de la alegría? Diariamente conectamos el interruptor de la rutina y nos dejamos llevar por un mundo lleno de ausencias. Trabajamos, compramos, paseamos, comemos, descansamos… sin saborear la intensidad de cada momento. Perdemos el gesto amable, la palabra acertada, el saludo entrañable, el corazón encendido… Se nos pasa la mirada y se pierde el sentido.
Buscamos un trabajo agradable, una remuneración económica solvente, unos días de descanso asegurados cada año y un buen reconocimiento social, para llegar hasta un lugar en el que seguimos sin haber, quizá, encontrado lo profundo. Nos zarandea el devenir de la vida y no sabemos cómo Ser. Seremos felices si somos de corazón sencillo, de alma grande, si vemos alto, si nos escuchamos en lo profundo… Somos felices si con humildad provocamos ternura, si fuéramos más pacientes y delicados… La alegría ensancha tanto el corazón, que contagia al mundo una nueva forma de vida. ¡Ojala cada día terminara con un deseo!¡Ojala que cada amanecer despertara un destello de alegría interior! Vivimos cuando nos alegramos.
Nuestro deseo profundo es la armonía porque nos conduce hacia la quietud; es la entrada en el silencio, “una voz tenue” que nos hace callar. Sentir y escuchar sin límite nos abraza a la presencia de toda la creación; nos lleva hacia una relación íntima con todos los seres, con todo lo creado. No nos ayuda la búsqueda del significado de lo que ocurre, sino más bien, el haber encontrado cómo nos afecta lo que acontece. Lo fundamental en nuestras vidas es ser armonía y no ruido. “Desapareció la mariposa y mi alma volvió a mí” dice un haiku japonés…
Podemos encontrar la paz que da sosiego al mundo. Desde lo más cercano hasta lo más ajeno, es posible establecer un hilo de comunicación. Nada está nunca fuera de nosotros mismos; todo es parte, y todos somos moradas de lo que está en nosotros. Cuando se aleja el amor de nuestra vida cotidiana, rompemos la armonía y perdemos el sosiego y la alegría. No existe distancia entre corazones, ni vacíos entre toda la creación. Vivimos unidos y entrelazados a pesar de nuestros olvidos y dificultades. Somos la expresión de un Universo dotado de existencia que se sostiene siempre armonizado. ¿Sentimos esta alegría en el corazón?
Nuestra vida está siendo continuamente manifestada en forma de equilibrio. Cada vez que perturbamos esta armonía, abrimos una herida profunda en el corazón de la humanidad y brota la tristeza. Desde un extremo a otro de la Tierra, todo es fruto de un mismo rayo de luz; un círculo es el mismo punto en movimiento… Nuestra vida es Una y todos somos pequeñas manifestaciones de un mismo Ser. Solamente el amor puede manifestar en el mundo una armonía inagotable; “tanto he pensado en Ti, que mi ser se ha cambiado por tu Ser” (poema sufí).
Somos peregrinos en la vida y estamos siempre en camino. Muchas veces nos cuesta entender que el amor no puede encerrarse en una vida tan breve como la que experimentamos como seres humanos. Cada día es una llamada hacia lo que es esencial en la vida. Cuando buscamos razones para la existencia, nuestro corazón se merma y no encuentra descanso y no existe un espacio en la razón para responder a la pregunta: ¿qué me habita? Simplemente el deseo de descubrir una semilla de vitalidad en la propia vida es ya un destello de lo que somos. Cuando la vida deja de ser algo aislado y se reconoce en la propia esencia de cada ser humano, todo es entendible.
Descubrir la vida es una tarea profunda en nuestra existencia. Vivimos entre signos de muerte y las consignas de vida son silenciadas a menudo. Muchas de las vidas que conocemos transcurren sin haber percibido la vida en profundidad. Vivimos mucho pero no siempre vivimos más. Vivimos más años pero no tenemos más vida. Nuestra vida es un misterio que puede sorprendernos cuando experimentamos que, más allá de lo que somos, la vida no termina. Descubrir que vivir no es simplemente pasar por la vida, nos permite entender que vivimos habitados; así lo expresó Teilhard de Chardin: “no somos seres humanos que tienen una experiencia espiritual; somos seres espirituales que tienen experiencia humana”.
BITS (Basic Interiority Times – Tiempos Básicos de Interioridad) para la PRÁCTICA
Meditar es observar.
Meditar es sentarse, sentirse y darse cuenta.
Meditar es mantener la atención en el ahora.
Al meditar nos arraigamos y sentimos el cuerpo.
Al meditar nos abrimos a la amabilidad e inteligencia del corazón.
Cuando nos despistamos, solemos volver una y otra vez a la consciencia de la respiración y así recuperar el estado de presencia.
La repetición mántrica de una palabra o breve frase, tiene como objetivo inducirnos en un estado de meditación profundo y percibir la alegría de la Vida. La palabra está conformada por dos expresiones: “mans”, que significa “mente”, y “tra”, que expresa “liberación”.
Es ideal coordinar esta repetición con la respiración y practicarlo en un lugar tranquilo, con una buena postura, sentada con la espalda recta, en un cojín de meditación o una silla. Necesitamos mantener la columna erguida para que pueda haber un buen flujo de la energía.
Palabras/frases para tu meditación mántrica del mes:
Día 1: “alegría en mí” Día 2: “luz en mi corazón” Día 3: “me abro” Día 4: “te veo” Día 5: “nada me angustia” Día 6: “nada me turbe” Día 7: “te siento” Día 8: “busca mi corazón” Día 9: “te escucho” Día 10: “somos uno” Día 11: “soy vida» Día 12: “percibo amor” Día 13: “la sombra es luz” Día 14: “fluyo” Día 15: “hoy importa” | Día 16: “soy único/a” Día 17: “todo cambia” Día 18: “todo lo tengo” Día 19: “expreso calma” Día 20: “confío” Día 21: “agradezco” Día 22: “florezco” Día 23: “maravilloso hoy” Día 24: “puedo elegir” Día 25: “es posible” Día 26: “soy” Día 27: “en mí” Día 28: “te aprecio” Día 29: “armonía” Día 30: “(pronuncia tu nombre)” |
PARA PROFUNDIZAR
- Reír y vivir: Claves para despertar tu alegría interior, Inma Rabasco, Libros Cúpula.
- 20 preguntas existenciales cuya respuesta cambiará tu vida, Fransesc Miralles, Editorial Kairós.
- Intebioridad; una coreografía circular, Josean Manzanos, Ediciones Khaf.
- Jardinería emocional, Raúl Ravelo, Ediciones Luciérnaga.
- Alas blancas, película dirigida por Marc Forster (2023).