Fundación Edelvives, en camino tras las huellas de San Pablo, maestro extraordinario

Un grupo de peregrinos ha seguido la ruta de San Pablo y los primeros cristianos en un inolvidable y espiritual viaje por Turquía.

De la mano de la Fundación Edelvives, del 9 al 17 de julio, un grupo de 22 peregrinos, docentes de centros públicos y concertados de distintos puntos de España, han recorrido el viaje misionero de Pablo por Turquía que ha brindado formación in situ al profesorado. Una propuesta que se enmarca dentro de proyecto En Camino con Fundación Edelvives.

Han sido varios días intensos en los que los participantes han visitado algunas de las ciudades a las que San Pablo dirigió algunas de sus cartas, han conocido las iglesias a las que se dirigieron las cartas del Apocalipsis, los lugares de la celebración de los 8 primeros concilios ecuménicos, la vida fecunda del monacato incipiente y han conocido la cultura hitita, a través de los numerosos restos del mundo grecorromano, la cultura  bizantina, tan propia del Próximo Oriente, y las culturas seljúcida y otomana, todo ello sintiendo en este viaje la presencia de los Santos padres de la Iglesia.

El grupo de profesores ha estado acompañado por el sacerdote Fernando Donaire, colaborador de Fundación Edelvives, que ha celebrado la Santa Misa diariamente en lugares emblemáticos y llenos de sentido. También han conocido la figura de San Pablo con las explicaciones de Pedro Fraile, que nos ha transmitido su pasión por la Palabra y por San Pablo.

Tras este viaje, varios profesores y peregrinos han compartido su experiencia que ha tenido dos direcciones: hacia el interior de cada uno (IN), en el que San Pablo y sus escritos marcaban el ritmo, y hacia el exterior (OUT) conociendo la tierra que acogió el mensaje de la Buena Noticia, con sus gentes, paisajes, contrastes, matices, religión… Una experiencia IN & OUT que les ha ayudado a abrir la mente, el corazón, el espíritu y también a aprender, convivir y entender otra cultura.

«Más que una peregrinación»

Para Maria del Pilar Pérez, «nuestro viaje tras las huellas de San Pablo fue más que una peregrinación; fue una experiencia transformadora de fe, amistad y descubrimiento. Cada día nos ofreció nuevas perspectivas y momentos de reflexión profunda. A través de las ruinas antiguas y los paisajes impresionantes, seguimos los pasos de San Pablo, encontrando en cada lugar una nueva revelación. Nos despedimos de Turquía con corazones llenos de gratitud, llevando con nosotros los recuerdos de los momentos compartidos y las huellas de un apóstol que sigue inspirando a generaciones. Gracias, San Pablo, por guiarnos en este viaje inolvidable».

«Una semana de peregrinación por los caminos que recorrió el apóstol Pablo en que se entremezclan sentimientos y sensaciones muy diferentes»

El marista Moisés Alonso Pérez, valora el viaje como «una semana de peregrinación por los caminos que recorrió el apóstol Pablo en que se entremezclan sentimientos y sensaciones muy diferentes. Me han encantado los lugares, los paisajes, los restos arqueológicos… Pero me gustaría más expresar lo que he sentido… Tarso, la ciudad que le vio nacer y donde creció, me ha servido para situarme en el personaje, en sus orígenes, en su historia. He leído y escuchado muchas veces sus textos, pero escucharlos en estos lugares ha sido diferente. Creo que desde ahora resonarán en mí con mucha más intensidad que antes. Escuchar las palabras de despedida de Pablo en Mileto sabiendo que ya no volvería a visitar aquellas comunidades y constatar la reacción de sus oyentes que prorrumpieron en lágrimas, solo pueden hacernos deducir el gran amor mutuo que existía entre Pablo y aquellos primeros cristianos».

«Que al vernos la gente diga: ¡Mirad cómo se aman! y CREAN»

A Maru Vernetta, profesora de religión, los versos de esta canción la han acompañado a lo largo de la peregrinación. Visitar, tocar, rememorar y celebrar la eucaristía en los lugares donde se encuentran las raíces dennuestra fe en una tierra donde hoy en día sólo hay un 2% de cristianos ha despertado en ella, según sus palabras, el deseo de dejarse guiar por la experiencia de Pablo en Turquía.

Para ella, «ha sido un regalo encontrar hermanos unidos en el deseo de peregrinar y hacer memoria de Jesús en sus vidas. Celebrando la eucaristía se ha ido forjando una comunidad peregrina y una comunión en nombre de Jesús. Los lugares (Tarso, Éfeso, Capadocia), los conventos e Iglesias rupestres, la ciudad subterránea de Kaymakli donde se refugiaron, me sobrecogieron por las dificultades que tuvieron que vivir. Ha sido una experiencia de encuentro con otras culturas y con nuestra propia historia de la Iglesia que ha reavivado mi fe y mi esperanza en las dificultades que vivimos. Me replanteo cómo cuidar el despertar en la fe de nuestros alumnos y alumnas como profesora de religión y cómo acompañar a las familias en el despertar a la fe de sus hijos e hijas».

«Peregrinar en familia»

Para el sacerdote Fernando Donaire, el viaje ha sido un peregrinar en familia: «el milagro de cualquier relación humana es el amor, el que somos capaces de generar más allá de las diferencias y los desencuentros, el que nace de manera espontánea cuando compartimos la fe y el objetivo. Los que nos hemos juntado, gracias a la Fundación Edelvives y a Tecum, hemos conseguido el milagro de convertirnos en una pequeña familia durante los nueve días de peregrinación. Hemos creado nuevos lazos, fortalecido los existentes y nos hemos abierto al regalo que la vida nos hace siempre con la posibilidad de caminar juntos tras las huellas de un apóstol como san Pablo que nos ha invitado cada día a encontrarnos con Jesús. La estela de Pablo nos ayudó a construir el relato de Pedro Fraile que acompañó con su palabra y su sabiduría cada paso que íbamos dando, escribiendo la carta de amor a estos primeros cristianos, a los padres de la Capadocia, a la parresia de San Pablo y a la presencia de María. Ella nos ha acompañado en cada celebración de la eucaristía que también han sido oasis en este peregrinar por toda Asia Menor. Las canciones, los lugares, y la celebración de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo que celebramos el 16 de julio en una iglesia de Estambul, en la que pusimos el broche, con escapulario incluido, a este camino de fe y de esperanza, en medio de un mundo ahogado por la prisa y por las ventas. Reconocer a María como Madre de Dios en sus cartas es también reconocerla como Madre nuestra, además de compañera de camino. Y llevar ese sentimiento de «ser hijos» a nuestro corazón significa que nunca podremos ya ser huérfanos. Tendremos siempre una Madre que inspira nuestro caminar y acompaña siempre nuestros pasos, más allá de como haya sido o sea en estos momentos nuestra vida. Gracias a todos los que habéis participado en este peregrinar por los caminos de Pablo. Gracias a todos/as porque con vuestra presencia sencilla habéis contribuido a hacer de esta peregrinación una experiencia imborrable».

La vida de San Pablo

Pedro Fraile, ha compartido varias reflexiones sobre la vida del apóstol: «¿Conversión o vocación de San Pablo? ¿Se convirtió como otro hombre cualquiera? ¿Por qué cambio toda su vida?» «Para mí la vida es Cristo». Esta lúcida confesión del apóstol es el mejor reflejo de su experiencia personal y la mejor explicación de lo que le aconteció a san Pablo; fue un momento decisivo que le marcó y que supuso un «antes» y un «después». Esta situación ha pasado a la historia de la fe cristiana como «el camino de Damasco». San Pablo habla en primera persona de su experiencia en dos ocasiones: primero usa el esquema de las vocaciones típicas del Antiguo Testamento en su carta a los Gálatas; más tarde, en Filipenses, usa categorías cercanas a la conversión tumbativa. El encuentro en el camino de Damasco no se puede reducir a una alucinación psicológica pasajera o a una nueva opción ideológica. Pablo lo va a describir con notas personales: es el encuentro con una persona que está viva y que tiene la capacidad de transformarle totalmente.

Tras esta inolvidable experiencia los organizadores ya trabajan en dos nuevas propuestas para el próximo año: una ruta por el Camino de Santiago y un viaje a Roma con motivo del año jubilar; ambos proyectos están dirigidos a educadores y profesores de religión, con el objetivo de que estos encuentren las herramientas de acompañamiento necesarias para compartir con sus alumnos en las aulas.

Si estás interesado en formar parte de alguna de estas dos nuevas experiencias, escribe a: juan.echeverria@fundacionedelvives.org.

Muy pronto, nos pondremos nuevamente: En Camino con FE.