descubrir nuestra naturaleza original
Diseñar al ser humano es una obra extraordinaria. Todo en la naturaleza es una manifestación de la complejidad de la vida y, a la vez, de su sencillez. La observación de cualquier realidad de vida pone de manifiesto la peculiaridad del diseño de una ingeniería vital, muchas veces incomprensible para nuestro cerebro humano. Nuestro propósito es descubrir aquellas características innatas que todas las personas tenemos diseñadas para cada uno de nosotros. Somos únicos, irrepetibles y, a la vez, curiosamente semejantes y también caducos.
El diseño humano también tiene escondido un sistema intrínseco a su naturaleza, que nos permite conocer todas las variables necesarias para poder vivir sin resistencias. Para conocernos necesitamos saber cuáles son los códigos particulares que cada uno de nosotros hemos traído desde el nacimiento. Un código nunca es una determinación, pero sí un lenguaje de interpretación. Si conocemos bien estas señales personales y descubrimos cuáles son, sabremos responder mejor a nuestro propósito personal.
Hay características que actúan como pequeños filtros que se manifiestan de forma consciente o se ocultan haciéndose presentes en nuestro mundo inconsciente. Existen canales invisibles que marcan circuitos para ayudarnos en la interacción con la realidad. Son características personales que responden a nuestro diseño original. Cada una de estas particularidades genera una cualidad diferente en cada uno de nosotros.
Muchas veces enjuiciamos sin pode acceder a una mirada neutra que permita comprender la correspondencia o no de cada diseño con su propósito. Nunca hay dos diseños iguales; todos tenemos configuraciones únicas que si las aprendemos a identificar, nos hacen vivir de forma respetuosa y afable con las diferencias que configuran los demás diseños humanos.
Emitimos y recibimos según nuestras características específicas. El mundo que nos rodea lo percibimos según nuestro tipo de receptividad esencial personal. Vivimos condicionados por lo que somos y según el patrón desde el estamos diseñados. La distorsión que nos desvía de nuestra naturaleza original puede ser corregida si conocemos nuestro diseño personal. El paso inicial es conocer el propio diseño y analizarlo para comprender lo que somos esencialmente. Este reconocimiento disuelve las culpas y las confusiones que se han podido generar con el tiempo. Se trata de mirar lo que cada uno somos individualmente, para funcionar de una forma más óptima con el diseño propio.
Nuestros campos bioenergéticos influyen en nuestra forma de interactuar con la realidad y provocan un gran impacto en nuestras vidas. Todos atraemos y repelemos según este “juego” energético. Si aprendemos a alinearnos con nuestra propia geometría energética, fluiremos más con la vida y evitaremos resistencias innecesarias. Una vida más auténtica y en sintonía con la verdadera naturaleza de cada uno, provocará una coherencia con el propósito vital.
Si definimos bien lo que somos, podremos irradiar hacia nuestro entorno aquello que tiene más fortaleza interna en nosotros y que afectará a las personas que nos rodean. Seremos como antenas que emiten una frecuencia coherente. Si desconocemos cuál es nuestra la irradiación correcta, generaremos un campo energético distorsionado. Es sorprendente comprobar cómo influimos en las demás personas, positivamente o negativamente, sin ser conscientes de ello.
Si nuestro centro está distorsionado y vivimos descentrados, absorberemos del entorno experiencias y aprendizajes nocivos y desacertados. Por eso nuestras áreas vitales necesitan estar en coherencia con nuestro centro para poder desarrollarse plenamente. Si nuestro diseño humano está centrado, nos ayuda a mostrar nuestra unicidad y particularidad.
Una pregunta esencial es saber qué es para mí lo correcto y qué me hace daño. Un camino para discernir aquello que me hace bien porque es saber si es intrínseco a mí mismo; es observar en nuestro propio cuerpo físico la Información que cada una de esas zonas energéticas me ofrece. Significa responder a esa “guía interior” reflejada en los distintos centros energéticos de nuestro cuerpo.
Nuestro propósito vital tiene una gran coherencia con nuestra personalidad, y muchas veces se esconde en el inconsciente. Nuestros dones y talentos serán las puertas y los canales que tenemos desde el momento del nacimiento; son aquellos aspectos de uno mismo que nos hacen ser nosotros mismos; que nos dan brillo. Son las ventanas hacia nuestra verdadera naturaleza. Saber de dónde venimos, de quienes procedemos, lo que se nos ha transmitido… influye en nosotros, muchas veces de forma inconsciente. De igual forma, también lo que vivimos en cada contexto presente concreta nuestro diseño original; vivimos en cada diseño una combinación de herencia y novedad. Ancestro y personalidad, son dos componentes esenciales de nuestra alma.
Extraer el máximo potencial es la clave para desbloquear nuestra verdadera naturaleza y transformar nuestra propia vida. El diseño humano nos ayuda a descubrirnos a nosotros mismos, conocer nuestra naturaleza innata y saber quiénes somos realmente; aceptar nuestra singularidad es el primer paso para amarnos y poder amar.
Nuestras creencias limitantes se transforman en posibilidades potenciadoras para alcanzar nuestras metas. Podemos ser la mejor versión de nosotros mismos conociendo nuestro propio diseño y maximizando sus potencialidades. Alcanzar nuestro propósito vital da sentido a la vida.
Nuestro propio diseño como humanos nos ofrece un desafío para abrazar la autenticidad de lo que somos y validar nuestra propia esencia. Nos permite ser también más respetuosos y armoniosos con los demás.
Podemos descubrir este diseño siguiendo varias disciplinas, caminos interiores, culturas, centros energéticos humanos, nuevos descubrimientos físicos y las fuentes de la sabiduría perenne:
- Trabajar la inspiración. Tiene que ver con la glándula pineal y el fortalecimiento de nuestras sensaciones internas.
- Reconocer aquellos conceptos que para cada uno son esenciales y fundamentales en la construcción de un propósito vital.
- Aprender a definir la forma de interacción que tenemos con el mundo y la particular forma de expresarnos.
- Conectar con nuestro GPS interno para atraer personas, lugares y situaciones acordes con nuestra identidad.
- Conocer las percepciones de nuestro ego, discerniendo lo que es voluntad y control, de aquello que es puro corazón.
- Recuperar la salud y el bienestar a través de nuestra conciencia física.
- Recuperar la sensibilidad y la pasión, desde nuestra percepción emocional.
- Intensificar nuestra energía vital y ser capaces de responder activamente.
- Equilibrar nuestros movimientos y acciones centrándonos en la confianza y disolviendo el miedo.
BITS (Basic Interiority Times – Tiempos Básicos de Interioridad) para la PRÁCTICA
- “Pensamiento lateral”. Vas a intentar abandonar la lógica habitual que nace en tu pensamiento para poder conectar con ideas novedosas. Intenta romper con lo posible buscando aquello que sueñas o imaginas de una manera más libre. Da pequeños pasos para mostrar que tus nuevas ideas ya son realidad.
- “Los 6 sombreros”. Focaliza un problema o una situación de difícil solución para abordarla desde 6 puntos de vista diferentes, cada uno de ellos asociado al color de un sombrero (que imaginas llevar puesto).
a. Blanco: desde un punto totalmente objetivo.
b. Negro: desde un aspecto negativo de la situación.
c. Verde: desde el atrevimiento, con los conceptos más descabellados, sin límites.
d. Rojo: desde la pasión, involucrando las emociones.
e. Amarillo: desde una manera analítica investigando cada una de las opciones.
f. Azul: desde la tranquilidad y con un enfoque estructural. - “Pasi-ON”. Enciende el interruptor de tu pasión (“on”) después de
contestar estas preguntas:
a. ¿Qué te hace feliz y te produce satisfacción?
b. Si tuvieses todo el tiempo y dinero del mundo, ¿Cómo pasarías el tiempo?
c. ¿Cómo sabes si estás apasionado(a) o conectado(a) emocionalmente con algo? ¿Qué sientes? ¿Cómo actúas?
¿Qué tiendes a decir?
d. Recuerda una cosa de tu pasado que te haya apasionado o con la que hayas estado conectado(a) emocionalmente. ¿Qué tanto éxito tuviste en este esfuerzo? ¿A qué se lo atribuyes?
e. Reflexiona sobre algo que hayas hecho en tu pasado, desde la lógica y el razonamiento, pero carecías de conexión emocional.
f. ¿Qué te gustaría seguir haciendo incluso si tuvieras que renunciar a algo, o si no te pagaran o no te lo reconocieran?
g. ¿De qué manera puedes fomentar o desarrollar tu pasión? - ”El alga en el mar”. Reparte adecuadamente la energía por todo el cuerpo y para ello observa si manos o pies están más fríos. Para equilibrar esta energía, vas a realizar el ejercicio del alga en el mar:
a. Separa los pies subiendo los brazos hacia el cielo sin mover tu cintura y ondula el tronco, como un alga en un mar tranquilo.
b. Flexiona las rodillas bajando el tronco y los brazos relajando toda la parte superior del cuerpo, estirando la columna y separando las vértebras. En esta postura ondula el tronco desde el coxis para que tu energía “ying” circule por todo el cuerpo.
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