Hace un tiempo un buen amigo, fundador del teléfono de la Esperanza en Álava, me pasó una hoja que está al lado del teléfono de guardia, para que todo voluntario sepa cuáles son las señas de identidad de ese servicio de comunicación. Me ha parecido interesante compartirlo y os lo ofrezco en la imagen. No voy a detenerme en cada uno de los puntos de su decálogo, pero sí voy a destacar algunos que me parecen novedosos, como, por ejemplo, el tercero y el cuarto que son complementarios: Ve lo positivo. Desecha lo negativo. Qué dos consejos más acertados para toda buena comunicación. Ver el lado bueno de las cosas, de las situaciones, de las circunstancias y desechar todo aquello que pueda ser un estorbo para la comunicación. En cierto modo ya lo he dejado ver en algún post anterior.
Otro: Acércate y no te alejes. La comunicación implica proximidad, aunque la distancia sea telefónica. Por eso, ante un público presente has de dejar sentir tu cercanía tanto al de la primera fila como al de la última.
Ten comprensión en situaciones difíciles. Si, ya hablamos de tener un mal día. También los demás pueden tenerlo, no debes descartar esa posibilidad, y ello puede interferir en una buena comunicación con esa persona.
Y el último en el que me fijo es el de Discúlpate y pide perdón si crees haber faltado a tu interlocutor. A veces, sin ser conscientes, un comentario “inocente”, una broma inoportuna, hace que cambie el rictus de tu interlocutor. Si aprecias un atisbo de incomodidad en tu interlocutor, rebobina, detén tu discurso, pregunta incluso si algo que has dicho le ha molestado, y pide disculpas aclarando que no había ninguna intención de molestar en tus palabras.
Sí, ya sé que son criterios de pura educación, pero, me reconoceréis que, a veces, se nos pasan por alto sin darnos cuenta. Por eso los del teléfono de la esperanza lo tienen siempre al lado de su teléfono, para tenerlo presente. Por eso hoy lo traigo a este post, para recordárnoslo en un par de minutos.