Si cada día amanece
rescato mi asombro
y mi niño abrazado
descansa sereno en Ti.
Agradecer es “sentir o mostrar gratitud”. Agradecerse es sentir que dentro de ti mismo está todo lo que necesitas para seguir creciendo, amando y disfrutando.
La vida y todo lo que la rodea es un verdadero e insondable milagro. Sabes hoy que disfrutas, la vida que amanece cada mañana contigo y te da energía para ver, respirar, sentirte, gustar, caminar y actuar es un milagro de la biología, de la concatenación de hechos necesarios y sorprendentes que se han tenido que combinar para que tú puedas estar aquí hoy. Es necesario que sientas que todo lo que has recibido es porque sí, porque tú eres una persona afortunada y eso te lleva a dar gracias desde lo más profundo de ti.
Van Gogh experimentó con Roulin, su amigo cartero de Arlés, hacia 1889 el agradecimiento y la admiración. Agradecimiento porque lo sintió a su lado en un momento de desasosiego profundo como su ruptura con Gaugin y también la etapa de desierto que supuso su estancia en Arlés. Y admiración porque veía en este cartero “un alma buena y tan sensata”, aparte de contar con el apoyo que nunca tuvo en su vida y que veía cada día en su amigo: una familia. Solo desde estos sentimientos, agradecimiento y admiración, se puede vislumbrar la propia realidad, desde la alegría implícita en cada uno de nosotros.
Si imaginas cómo pintarías a las personas que más quieres para tratar de inmortalizarlos de alguna forma, de mirarte en ellos y reconocerlos en una pintura cuando quisieras, seguro que emplearías una amalgama de colores suaves y cálidos. Rodearías su rostro de belleza y los harías sonreir para no olvidar esa mirada salvadora que te regalaron cuando más lo necesitabas. Algunos, como su amigo Roulin, han acompasado su paso para acompañarte en tu estancia en los hospitales del alma que son las crisis y te han te han hecho mantener fe en la amistad y en el amor.
Esto te aboca a dar gracias por el camino recorrido y también por el que se va a recorrer. En este se han dado tantas circunstancias, tantos nombres y tanta singularidades que han hecho que cada paso que dieses, que cada uno de esos mensajes que escuchabas a lo largo de todo este tiempo, te haya conformado en tu manera de ser, en tu singularidad y en tu ser.
Y empiezas a reconocer el amor que te rodea y que, haciendo un poco de memoria, te ha rodeado siempre. Eres consciente de que ha habido personas que te han acariciado, te han mecido, cuidado, que te han enseñaron a vestirte, a comer, a relacionarse y a ser autónomo. Y que lo hicieron desde el amor y dejaron una huella y un poso que hoy llevas contigo.
Ahora te toca a ti. Por lo tanto, cuando tengas que salir de casa, caminar, ver la luz, el sol, los árboles, el suelo que vas pisando y cada uno de los asombrosos prodigios que vas descubriendo, si te sientes agradecido y eres capaz de agradecer y admirarte por ello, entonces te asombrarás en cada paso y en cada rincón como un niño que todavía eres, el niño que abre la boca y los ojos y suspira ante tanta belleza su alrededor. Ese niño que despliega su mirada limpia en cada gesto que acontece.
PARA SENTIRTE
Y hoy te voy a pedir que te sientes cómodamente, que te asientes firmemente en el suelo que aguanta tu peso,que seas consciente de tu respiración y que esta exhale, cuando espiras, nerviosismo y ansiedad y que, cuando inspires, inhale alegría y agradecimiento. En cada inspiración da gracias por la tierra en la que naciste, te criaste y creciste; da gracias por las personas que te han antecedido, da gracias por ti mismo y da gracias por el misterio que nos envuelve y que hace que conecten todas las cosas. Puedes acompañar este ejercicio con esta canción.
PARA SENTIR
Este tiempo es de agradecer con pequeños gestos, con pequeñas palabras, pero siempre conscientemente a las personas que conviven contigo y a las que pasan por tu vida cotidiana agradeciéndoles lo que recibes cada día de ellos, gracias por sonreírte, por su amabilidad, por su cercanía, por su ayuda en las pequeñas cosas. Advierte la corriente de afecto que se generará entre vosotros.
*La imagen es Retrato de Joseph Roulin, de Vicent Van Gogh, Museo Kröller-Müller, Otterlo, Países Bajos.