Últimos días del 2022 y preparando el corazón para el 2023, con el tiempo como compañero inseparable camino, ilusiones, proyectos y retos. Quiero colocar en mi agenda 2023 “diez palabras” como sinfonía de fondo al Año Nuevo:
- DIOS. Sí, Dios como alfa y omega de todo cuanto soy, pienso, siento y vivo. Dios como Camino, Verdad y Vida. Camino por el que transitar sin perder el rumbo; Verdad que nos haga cada vez más libres y coherentes y Vida sinónimo de fuerza, empuje, fe, entusiasmo, pasión que nos debería correr por las venas y contagiar como por ósmosis aquello que somos, creemos, pensamos y soñamos.
- VIDA. Alguien dijo que “vivir es un poco de tiempo concebido a nuestras libertades para aprender a amar y prepararnos al encuentro“. Hemos de cuidar la vida en todas sus formas y aspectos: la vida de los otros para que el encuentro sea de la mayor calidad y calidez posible, la vida de la naturaleza protegiéndola, regenerándola y cuidándola como uno de los dones más preciados. Nuestra misión es regalar vida en forma de palabras de compresión y hechos de compasión, de miradas rebosantes de brillo y caricias empapadas de respeto y ternura.
- LIBERTAD. “La libertad es la oportunidad de ser lo que nunca pensábamos que seríamos” (Daniel J. Boorstin). Es vivir optando por lo bueno, bello y noble, entonces las decisiones se convierten en gigantes posibilidades de crecimiento, de anclaje a algo que es más alto, más ancho y profundo de lo que jamás habías podido imaginar.
- PAZ INTERIOR. Todos buscamos ser felices, pero, ¿qué es la felicidad? Es un vocablo ambiguo que nos puede confundir. Hablemos mejor de paz interior. Esta surge cuando ponemos en equilibrio mente y corazón, cuando caminan acompasados razón y corazón, cuando elegimos vivir coherentemente aunque nos suponga riesgos o saltos mortales.
- PASIÓN. Vive la vida con entusiasmo, fuerza y sentido. Disfruta de los pequeños detalles de la vida que ensanchan el alma a dimensiones insospechables. Dedícale tiempo a lo importante porque es el tiempo lo único que no vuelve ni recuperas jamás.
- CUIDAR LA RELACIONES. Es uno de los ámbitos más importantes de nuestra existencia, los otros: la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, nuestro alumnado (si somos profesores). Aquí nos jugamos la dimensión afectiva y emocional del ser humano. “Existimos en la medida que somos con los demás”. Cuidemos, acariciemos relaciones sanas, libres, emocionalmente estable. Ellas son plataformas de lanzamiento para vivir o superar las dificultades del camino. Ellas van a dar sentido a nuestro ser.
- AMOR Y PERDÓN. Dos caras de la misma moneda. Tienen el mismo valor y la misma importancia en la vida de cualquier ser humano. “El amor mueve montañas” pero “el perdón te regenera, te regala alas y un cielo para volar”. Ambos tienen poderes infinitos dentro de nosotros.
- EMPATÍA. Tendríamos que pedirle a los Reyes Magos de Oriente unas gafas especiales para traspasar la piel de cada persona que tenemos cerca y observar su “corazón en vivo”, palpitar al mismo ritmo, sentir aquello que siente y saber las razones profundas de su actuar. Entonces seríamos más gentiles, comprensivos y respetuosos, más humanos y no enjuiciaríamos a nadie. Dice Dafne G Romero: ”A las personas se les hace difícil calzarse los zapatos de otro, pero solo el que tiene el don de hacerlo, tiene el don de cambiar el mundo”.
- SOLIDARIDAD. Según la RAE, ”el sentimiento y la actitud de unidad basada en metas o intereses comunes es un término que se refiere a ayudar sin recibir nada a cambio con la aplicación de lo que se considera bueno”. Me gusta la unidad entre el sentimiento y la actitud, la idea y la acción, es dar sin recibir nada. Es cultivar en ti esa sensibilidad para descubrir la necesidad del otro y poner tu esfuerzo, recurso o tiempo para solventarlo o aliviarlo. A la palabra solidaridad le añado otros vocablos como: entrega, servicio y amor gratuito.
- AGRADECIMIENTO. Hemos de ser agradecidos a Dios por tanto y por todo. La gratitud tiene un poder indescriptible en la vida de cada ser humano porque nos hacer ser consciente de lo afortunados/a que somos, de todo cuanto tenemos no por méritos propios sino por puro don y nos permite concebir nuestra existencia y la de los demás como regalo y oportunidad.
¡Qué bonito es vivir la vida, el amor, el trabajo, la fe, la relación con los otros, la amistad, como regalo de Dios, con mirada agradecida, pies ligeros, alas extendidas y corazón ensanchado sin fronteras.
Estas son las diez palabras de mi agenda del 2023, que os deseo a todo ser humano de buena voluntad. ¿Cuáles son las tuyas?